Campaña El Ojo del Terror #3
Volvemos con otro informe de la Campaña, que enfrentó a los Lobos de David contra los Orkos de Rubén.
¡El mes que viene volveremos con más avances!
Aullidos Bajo el Paso de Kralgar
Justo cuando la Manada de Guerra de Jorin estaba finalizando la purga del puesto avanzado en la Cordillera de Faltos, el Sacerdote Rúnico Gunnar, el Caminante de Sombras, apareció frente a Jorin mediante uno de sus portales. El anciano vidente indicó que debían apresurarse y avanzar hacia el sur: los augurios hablaban claro, las fuerzas del Caos se estaban reuniendo en aquella región. La cacería debía continuar allí…
Mientras la manada se dirigía hacia su nuevo objetivo, detectaron el rastro de unos ruidosos pieles verdes. Al desviarse ligeramente del camino, se toparon con una tropa de orkos propulsados por cohetes. A Jorin aquello le resultó extraño: los orkos son bestias que se desplazan en hordas, no en solitario. Aun así, sus motoristas, junto con Gunnar, decidieron adelantarse para explorar la zona. Algo no encajaba… los olores no coincidían con lo que veían.
Así fue como los Lobos cayeron en la trampa. Rodeados en el paso de Kralgar, donde los acantilados helados limitaban el movimiento y los cielos eran oscuros como una noche sin luna, fueron atacados por todas direcciones por motos, buggies y hordas de orkos armados hasta los colmillos.
Jorin no temió. Con su hacha de hielo, "Garra de Trueno", alzada sobre la nieve ensangrentada, lanzó un aullido gutural y dirigió a sus hermanos al combate. Ellos respondieron como uno solo. Usando formaciones rápidas y dispersas, convirtieron el desfiladero en una trampa mortal para los pieles verdes. No había mejor defensa que un buen ataque.
Los Lobos resistieron hasta que una ventisca súbita, provocada por Gunnar al abrir un portal en el corazón del combate, desorientó a los orkos, liderados por el Kaudillo Gazwazza, quien optó por intentar escapar.
Aprovechando el caos, Jorin lideró una carga desesperada a través del flanco enemigo en solitario, dejando tras de sí solo cadáveres mutilados, metal retorcido y huellas sangrientas.
Pese a la emboscada y pese a estar en inferioridad numérica, la manada escapó viva, con heridas profundas... pero con su honor intacto pues habían acabado con todo rastro de Gazwazza y su horda.
Jorin juró que volvería con refuerzos, y que los orkos recordarían su nombre en cada aullido del viento helado.Y así es como prosiguieron su cacería, avanzando hacia la Cordillera de la Cola del Lobo…
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